Nosotros

Pipo el perro y yo somos Buscón de Trufas.

Buscón de Trufas nace de la idea que siempre tuve de crear aquí, en casa, un proyecto vital y que supone una paso más en el mismo. El proyecto de un chaval de un pueblo de Teruel que como otras muchas personas de la provincia (de cualquier zona despoblada, en general), siguió su vida lejos de casa. Para mí, salir de Teruel, no fue más que una transición natural que con el tiempo se desnaturaliza, hasta el punto de que mi cuerpo me pidió volver y simplemente lo escuché.

Todo esto no estaba planificado, simplemente llegó ese momento diferente, en el que lo ves claro, las piezas encajan y das ese paso adelante.

La trufa se cruzó en mi camino hace ya diez años. Me gustó la idea de emprender una plantación de carrasca trufera, más que por lo que la trufa suponía, por lo que suponía el hecho de plantar un cultivo diferente, nuevo en este municipio, un producto de Teruel con un valor altísimo, la familia, y hacer de esto un negocio del cual disfutar. ¿Qué más había que pensar?

¡Así que empezamos! Sabíamos que había mucho trabajo por delante, tanto que yo no había tenido una trufa delante en mi vida (imagínate) y como dice mi primo “la primera vez que fui a una plantación de trufa, si me hubiesen dicho que salían de las ramas, hubiese mirado hacia arriba”, pues yo igual.

Ocurrió que el hobby se convirtió en pasión. Después de mucho escuchar, algún libro, conversaciones, formación, prueba y error, patear mucho el campo, aprender, aprender, aprender, compartir lo aprendido (que es igual de importante en este mundo), hoy puedo decir que, de todos los trabajos en los que he tenido la suerte de estar, el que más me gusta es buscar trufa con Pipo.

Concretamente fue un día de nieve, ventisca y frío con Pipo a mi vera mientras sacaba tres trufas decidí, pasados mis 33, lo que quería ser de mayor.

Por eso, con la llegada de Pipo todo cambió, juntos subíamos al campo cuando nos daba la gana y pasábamos allí el tiempo suficiente para entrenarle un poco (él ya sabía lo que hacía ), sacar unas trufas y engañarle para bajarnos a casa cuando ya no había sol y yo no podía con más frío.

Digo que todo encaja, porque Búscon de Trufas no es una aventura exclusivamente rural, porque está influida y la veo bajo el prisma de lo vivido en otros lugares que he sentido como mi casa (Teruel, Zaragoza y Barcelona).

Tampoco podría entenderse que  Buscón de trufas es simplemente buscar trufa (que no es poco), si no que hay mucho después de sacar la trufa de la tierra, además de proveedores, planificación, producto, packaging, ecommerce, logística… será que lo veo así porque toda mi carrera profesional se ha desarrollado en la cadena de suministro (logística, almacén, compras, planificación, management).

Todo esto para poder hacer llegar la buena trufa negra de Teruel en tiempo y forma a aquellos que queráis disfrutarla. Tuber Melanosporum, cosa buena, tanto que decidí dedicar mi tiempo a buscarla.

Quiero recordar que nosotros no somos los únicos buscones. Nuestros proveedores, también pasan horas con los perros en estas tierras (si es trufa negra, disfrutando de nuestro invierno), ¡por eso mucho ánimo a tod@s y buena temporada!